martes, 22 de noviembre de 2011

Laguna de los Cóndores

Laguna de Los Cóndores

Paisaje cercano a Choquequirao
 
Complejo arqueológico compuesto por seis mausoleos, presenta características arquitectónicas de la cultura de los Chachapoyas y esta decorada con pinturas rupestres en las que fueron halladas cerca de un centenar de fardos funerarios, finos tejidos, cerámicas tallados en madera, quipus mates decorados, coronas y diversos objetos de gran valor. Se encuentra ubicado en el distrito de Leymebamba. Para llegar al lugar, se emplea un promedio de diez horas en acémila o a pie desde esta localidad.
Para recorrer toda la zona arqueológica se necesita disponer de tres días libres no solamente por la dispensación de los restos arqueológicos sino también por lo agreste de la zona.
Se denomina "Laguna de los Condores" porque las primeras personas que lo descubrieron, manifiestan que sobre la impresionante Laguna, cuyas aguas son de color azul verdusco, en años anteriores se apreciaban volando a estas aves de rapiña (cóndores). Alrededor de esta hermosa Laguna se encuentran las antiguas construcciones (mausoleos) en cuyos interiores se hallaron fardos funerarios y objetos de artesanía, lo que actualmente han sido trasladados al museo de Leymebamba.

Descripción

Imagen panorámica de la Laguna.
 
Cubiertas por el bosque nuboso, en los flancos orientales de los Andes, pende una hilera de tumbas sobre las aguas de una laguna. Disimuladas en un angosto abrigo natural, l00 metros encima de la Laguna de los Cóndores, las estructuras permanecieron abandonadas por casi 500 años. Compuesto por seis chullpas o tumbas, y los cimientos de una séptima, el sitio funerario es uno de 18 sitios documentados en los acantilados de piedra caliza que se asoman sobre la Laguna de los Cóndores. A pesar que los trabajadores que descubrieron el sitio, a fines de 1996, removieron prácticamente todo el mausoleo, cortando con machetes los fardos funerarios y destruyendo valiosa información de contexto, las más de 200 momias recuperadas, y una cantidad de ofrendas, indican fechados Chachapoya (ca. 800-1470 DC), Chachapoya-Inca (ca. 1470-1532) y Colonial temprano (ca. 1532-1570).

Los constructores aprovecharon una cornisa natural del acantilado, modificándola, nivelando el piso y labrando cornisas más pequeñas en el farallón, donde construyeron muros bajos de piedra y mortero de barro, que servían de apoyo a la parte posterior de los techos de las tumbas. Cada tumba mide aproximadamente 3 metros de alto y está dividida en dos niveles por una tarima de pequeños troncos. Las estructuras son básicamente cuadrangulares, construidas en bloques de piedra caliza asentada con mortero de barro. Todas tienen ventanas que miran hacia la Laguna y hacia el antiguo asentamiento de Llaqtacocha.

Primera expedición

Federico Kauffman Doig
 
Al tomar conocimiento de esa olvidada necrópolis el arqueólogo Federico Kauffmann Doig, gracias a noticias difundidas por el antropólogo y periodista Álvaro Rocha, procedió a organizar de inmediato una expedición.
Hacia aquel solitario sitio se desplazó Kauffmann Doig en mayo de 1997 con la primera expedición que contó con arqueólogos profesionales, luego de la inspección efectuada por funcionarios del Instituto Nacional de Cultura con sede en la ciudad de Chachapoyas. La expedición fue conducida por Kauffmann y contó con el patrocinio del Gobierno del Perú a través de PROMPERÚ

Llaqtacocha

En 1999 el Centro Mallqui llevó a cabo excavaciones en el antiguo sitio residencial en el lado norte de la laguna. Conocido actualmente como Llaqtacocha o “pueblo sobre la laguna”, el sitio abarca cerca de 33 hectáreas e incluye los restos de aproximadamente 130 estructuras, la mayoría circulares, probablemente lugares de habitación de la gente enterrada en las chullpas. Las excavaciones han puesto al descubierto cerámica Chachapoya e Inca provincial, indicando que Llaqtacocha y el sitio de las chullpas, en la margen opuesta de la laguna, son contemporáneos. El sitio podría haber sido fundado en épocas tan tempranas como 1200 DC, e incluye estructuras rectangulares asociadas a la ocupación Inca, así como edificios posiblemente construidos en tiempos coloniales tempranos.
Llaqtacocha ha sido severamente dañada por efecto de la tala del bosque para procurar pasturas para el ganado. Los bloques de piedra caliza de los edificios quedaron destruidos bajo el impacto de los árboles caídos y por los incendios forestales. Los pocos restos de muros fueron tirados abajo por el ganado que pasta libremente, pisoteando los antiguos sistemas de drenaje del sitio. Como resultado de esto, pocos muros de Llaqtacocha se levantan actualmente por encima de 1 metro. Llaqtacocha presenta una especialmente elaborada red de drenaje. Canales empedrados serpentean a través del asentamiento, y pequeños puentes de lajas de piedra permitían el acceso a las cornisas, en forma de media luna, que rodeaban las plataformas de las viviendas.

Los mausoleos de la Laguna de Los Cóndores

Un elevado farallón con vista a la paradisiaca Laguna Negra fue utilizado por los Chachapoyas como lugar para la construcción de cámaras funerarias monumentales.
Mausoleos en las laderas de la montaña.
 
Los mausoleos casi intactos poseen momias algunas de ellas cubiertas por ataúdes de madera, ídolos y lanzas de madera, abundante y diversa cerámica y sugerentes pinturas rupestres son parte de este fascinante legado. Cada una de las cámaras funerarias albergaba a un gran número de fardos, correspondientes a varias generaciones de individuos probablemente emparentados. Vestidos ceremoniales con rica iconografía chachapoya e inca fueron usados como envoltorios, junto con retazos de tela burda. La evidencia encontrada demuestra que el mismo espacio fue ocupado no sólo por los Sachapuyas (Chachapoyas) sino también por Incas y Chimús. De hecho, los Incas liderados por Túpac Yupanqui conquistaron esta región alrededor del año 1470. La presencia de los Incas se podría explicar por el sistema de mitimaes (poblaciones enteras trasladadas lejos de su lugar de origen) que solían utilizar los Quechuas para mantener un mejor control de los pueblos sojuzgados.
Hoy, a pesar del contacto aparentemente fluido que en el pasado sostuvieron pueblos tan diversos, llegar a los dominios de la Laguna de Los Cóndores no es una tarea fácil, incluso para el expedicionario experimentado. En el camino que parte de Leimebamba debe sortearse pantanos, empinadas montañas y frías y desoladas cordilleras para llegar a la enmarañada selva donde yacen estos mausoleos, envueltos por la niebla y parcialmente cubiertos por una cortina de agua que baja de la cumbre. Desde el camino es posible observar el río, torrentoso y cristalino, a su paso entre gigantescos farallones de granito. De las lisas paredes cuelgan, en ángulos imposibles, pequeños y apretados bosques repletos de orquídeas y helechos. Los turistas pueden conocer varios aspectos de este espectacular sitio arqueológico en el museo en las afueras de Leimebamba.

Quipus en la Laguna de los Cóndores

Los quipus hallados en la Laguna de los Cóndores constituyen uno de los más importantes archivos de Quipu de cuya existencia se posea conocimiento. Consiste esta de un total de 32 Quipu; 22 de estos han sido extensamente estudiados por el Dr. Gary Urton. Diez de ellos fueron determinados como demasiado frágiles para ser sometidos a análisis. Todos estos quipus actualmente residen en el Centro Mallqui, Museo Leymebamba, Chachapoyas, Perú.
Quipu hayado en un mausoleo.
 
Tras el descubrimiento inicial, las tumbas fueron saqueadas con el fín de hallar objetos preciosos. Todas las momias y artefactos fueron removidas y retiradas de las cuevas, muchos de los fardos funerarios fueron cortados con machetes. Debido a esto, se ha perdido irremediablemente la correspondencia original entre fardos de momias, Quipu y otros artefactos con sus originales Chullpas de reposito. En 1997, la Bioanthropology Foundation of Peru-Centro Mallqui (Fundación Bioantropológica de Perú-Centro Mallqui) bajo la dirección de la Dra. Sonia Guillén y Adriana von Hagen, junto con la Comunidad de Leymebamba llevaron a cabo una esforzada operación de rescate y salvataje, trasladando los objetos desde la laguna hasta la comunidad. Estos se hallan actualmente seguros y resguardados en el Museo de Leymebamba.
La provisión y acopio de Quipu procedente de este hallazgo constituye una de las más importantes colecciones en existencia de estos artefactos. A pesar de resultar imposible correlacionar a algún Quipu en particular con alguna momia en particular; los investigadores y estudiosos -por vez primera – poseen acceso a un grupo de Quipu cuyo contexto arqueológico es bien conocido. Dentro de la colección existen dos grupos de Quipu que fueron hallados liados o enfardados conjuntamente. Adicionalmente, recientes análisis utilizando la Base de Datos de Quiipu ha hallado un juego o conjunto de tres Quipu no conectados físicamente los cuales se hallan cercanamente relacionados y poseen secuencias numéricas concordantes. La colección de Quipu de Chachapoyas plantea e inspira nuevas interrogantes sobre la utilización de múltiples Quipu para registrar los mismos archivos o datos, y sobre las razones para liar o atar y de esa forma conectar ciertos Quipu entre sí. Con el tiempo, a través de un cuidadoso estudio, este importante archivo de Quipu podrá talvez revelar respuestas a interrogantes que conciernen a técnicas y prácticas de mantenimiento de registros de Quipu.

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